viernes, 2 de enero de 2015

SUERTE


Les perdonan todo.

Quizás porque han engañado a muchos haciéndoles creer que son nuevos y a la bisoñez siempre le acompaña la condescendencia.

O quizás porque la sociedad, que está muy cabreada, necesita perdonar a alguien todo.

O porque los que controlan ciertos medios de comunicación han hecho, de ellos, su apuesta política para incidir en la sociedad y no están dispuestos a perder la oportunidad que el momento actual presenta.

Dejo al lector que escoja la respuesta que estime oportuna o la que le convenga para quedar a gusto con sus ideas.

Si se retractan en menos de cinco meses de sus promesas electorales, se considera lógico. Si dicen que el programa con el que se presentaron a las elecciones era solo un cuento, se les ríe la gracia.

Si llevan al máximo la endogamia política en sus ejecutivas y candidaturas, se dice que es cosa de amigos y de profundidad del proyecto, que es lo "cool". Que es una nueva forma de hacer política.

Si se molestan porque les hacen preguntas complicadas o que no entran en su relato, se les dulcifican las preguntas, se dan nuevas oportunidades o se acaba reprendiendo al que les incomoda.

Si se les recuerda su pasado inmediato, nos dicen que somos mentirosos.

Si no hay forma de que concreten que harían si gobernasen, se argumenta que no hace falta. Que no hay por qué exigirles lo que se inquiere a otros, pues estos son buenos, por naturaleza, y además son diferentes. Que querer comparar es una malignidad de los resentidos.

Y visto lo que ocurre cuando se enfadan, que se callan y cuando deciden volver a contarnos su relato nos riñen dejamos que el río siga fluyendo.

Nadie les indica que en eso, y entre otras cosas, consiste la democracia. En explicar, debatir, confrontar y asumir sus decisiones. Y que si no lo hacen se les puede exigir y demandar insistentemente.

Pero casualmente, se les perdona por alguna de las razones del principio de este articulo o porque, por alguna extraña razón que no llego a comprender, han conseguido amilanarnos.

Hay algunos que tienen suerte. O se la buscan, no vayamos a ser sectarios.





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