En los últimos días han ocurrido acontecimientos importantes en España. Interesantes y transcendentales para personas y para la sociedad en general.
Algunos afectan a la colectividad, otros repercutieron en la vida profesional o personal de representantes de poderes constitucionales, a la vida interna de organizaciones políticas o al futuro de dirigentes políticos. Todo ello, casi, en periodo de horas.
Se comunicó, también, la abdicación del actual Jefe del Estado de España. Y como consecuencia la puesta en funcionamiento de los artículos de la Constitución que regulan como debe proveerse de un nueva Jefatura, para que se cumpla el artículo 1.3 de nuestra Carta Magna que indica que la forma política, actual, del Estado es la de una monarquía parlamentaria.
Y también se conocieron, al mismo tiempo que aparecían esas noticias, datos acerca de la salud económica y social de la sociedad.
Los datos sociolaborales conocidos dicen que los ciudadanos que están en desempleo viven peor. Han pasado, por la acción de este gobierno, de menos expectativa reales de encontrar un empleo digno a hundirse más en la desesperación por la falta de recursos.
Así en los mismos días que serán recordados por dimisiones en el tribunal constitucional, abdicaciones reales, disputas ideológicas por la forma de la Jefatura del Estado, proceso de renovación del partido más longevo de nuestro país, nadie ha prestado la atención que se merece a un dato demoledor en relación a la vida diaria de millones de españoles y sus familias. Ha aumentado en un 4% más los españoles que han quedado sin ninguna prestación social.
España tras ese dato está, ya, seis puntos por debajo de la media europea en prestación social a parados. Y se confirma que ha caído 21 puntos porcentuales, bajo el Gobierno de Rajoy, la cobertura de los españoles que, además de estar desempleados, no tienen un subsidio para vivir.
No por casualidad. Ocurre por la decisión del actual Gobierno de disminuir la partida destinada a la solidaridad de los que más sufren.
La ayuda a los que ya no tienen nada es ahora un 20% menor que la que le dedicaba el anterior Gobierno. Cuando el paro sigue en cifras jamás conocidas en los últimos años y además se reducen las partidas sociales para aliviar esta situación, sucede lo que este mes de Mayo ha reflejado. Más dificultades para los que más están sufriendo esta crisis, los parados.
Esta es la gran contradicción de la publicidad del Gobierno. ¿Como puede hablar de que salimos de la crisis cuando, cada mes, hay menos personas que tienen una mínima dotación económica para vivir?. Si fueran verdad las palabras del Gobierno esto no pasaría. Cesarían los recortes sanitarios, aumentarían las becas, volvería a funcionar la ley de dependencia, crecería la protección a los parados........, por eso es mentira que no haya crisis en nuestro país.
De esto, que es lo que importa, apenas se habla, ni se twuitea, ni tiene un # que lo recoja. Pero en cambio es la verdadera realidad de la calle y menudo "trending topic" (suena mejor en castellano "tema del momento") real, no virtual.
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