miércoles, 26 de febrero de 2014

IRREAL

Acaba de celebrarse el debate sobre el estado de la Nación. Es un debate mediatizado por la capacidad del Presidente del Gobierno de utilizar los tiempos como cree conveniente y de hablar de lo que considera oportuno. Ello permite afirmar que lo que dice, así como el tiempo que le dedica y lo que deja en el tintero, demuestra el interés que tiene por unas cosas y, como consecuencia, lo poco que le importan otras.

Rajoy dejó bien claro cuales son sus prioridades y sus preocupaciones. No le dedicó ni un minuto a Educación, Sanidad, Dependencia, Igualdad, Seguridad, Becas ...ni a ninguna de las cosas que forman, de manera importante, parte de la vida diaria de las personas en su intervención inicial que encuadraba el objeto del debate.

Se dedicó a exhibir bastantes datos macroeconómicos, retorciendo el significado de ellos al compararlos con fechas dispares y con plazos de tiempo diferentes. Todo con un fin, intentar demostrar que había hecho los deberes. Fundamentalmente sus palabras se dedicaron a la situación económica de España y a defender sus cifras del paro, buscando que las agencias de valoración, las mismas que  llevaron a la quiebra al sistema financiero mundial en el 2008, den notas positivas y confianza a supuestos "inversores".

Cifras macroeconómicas que leídas sin un somero análisis parecían aceptables. Pero había gato encerrado, si me permiten la expresión. Bastante.

Por poner algún ejemplo, exhibir como un éxito, y una demostración de que vamos por buen camino, que en dos años las exportaciones españolas han pasado de ser deficitarias a ser uno de los factores del incipiente crecimiento es no decir toda la verdad. La realidad es que el dato de las exportaciones es la consecuencia de la rebaja salarial del 30% de media de los salarios de los trabajadores y de la caída del consumo interno por el crecimiento del paro y la recesión, no de una verdadera competitividad de nuestra economía.

Decir que el paro ha dejado de crecer de forma intensa a pesar de que en sus meses de gobierno se elevó, llegando a máximos históricos, en un 3% y, además, no detallar que en sus dos años se han perdido más de un millón de cotizantes a la seguridad social y que cerca de 400.000 personas han abandonado el país o dejado de buscar empleo, se puede definir como un uso un poco alambicado de las estadísticas.

Dicen los estadísticos que cualquier cosa es susceptible de ser expuesta estadisticamente de diferentes formas. Al contrario que la realidad de la vida. Rajoy aprovecho el margen estadístico y se olvido de las personas que viven en la España del 2014.

Por eso, en un debate sobre como está España después del último año de Gobierno, lo más destacable de la intervención del Presidente es de lo que no habló. No escuchamos, de propia iniciativa, el problema de familias enteras sin subsidios o prestaciones sociales, la sanidad que dejó de ser universal, los enfermos crónicos que tienen que pagar sus medicamentos, los jóvenes que tienen que emigrar, los mayores de 50 años penalizados por su reforma laboral, las leyes contra derechos ya adquiridos, la congelación por años de las pensiones provocada por su reforma unilateral, los estudiantes que se quedan sin becas, los contratos laborales más propios de tiempos pretéritos que de una sociedad moderna inducidos por su reforma laboral,.......

Fue un discurso de un Presidente cuyo contacto con la realidad solo lo tiene cuando sale de su residencia y recorre el trayecto que le lleva a su coche oficial. Demostró, con su intervención, que solo percibe del país el aire que respira.  Pero, incluso, no se da cuenta, o no quiere contarlo, que para millones de ciudadanos por decisiones de su gobierno el aire está bastante irrespirable. Por eso solo podía pensar estadisticamente en el país. Y así nos lo contó.



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