sábado, 4 de enero de 2014

RESIGNACIÓN, NO POR FAVOR.

Hace unos días me encontraba en la sala de espera, una vez cogido el número identificador, de la consulta del médico de familia. Esperaba observando como las diferentes consultas se movían al ritmo de un panel que indicaba la sala y el número del usuario, y las diferentes caras de los que acuden a los servicios sanitarios. Por cierto siempre me sorprendo que, y debería estar acostumbrado porque desde hace muchos años es así en todos los servicios sanitarios, en vez de poner el nombre del médico que atiende, pongan solo el número del despacho.

Como ocurre en todos estos lugares saludas a la gente que te reconoce, o que tu conoces, y siempre hay alguien que se acerca y te comenta algo. Ese día sucedió lo mismo. Se acercaron varias personas a felicitarme la Navidad y de paso comentar sus situaciones y opiniones. Hubo una que me quedó grabada , pues a mi entender dio en la diana de la actualidad.

Era un hombre cercano a los setenta años, lo conocía pues había trabajado en una farmacia de las denominadas de toda la vida de la ciudad. Después de la cordial pregunta ¿Y usted por aquí?, me espetó  "!tienen que volver!". No miento cuando digo que ante estas palabras, muy frecuentes una vez que pierdes elecciones y ultimamente muy escuchadas, siempre intento hacer una educada respuesta de tranquilidad, de agradecimiento por ellas, etc. No creo que  merezca la pena entrar en disquisiciones acerca de si los que están gobernando ahora lo están porque otros no fueron a votar, o preguntar donde estaban cuando sus votos eran precisos..., siempre hay que mirar al futuro.

Pero lo importante, a pesar de lo mucho de angustia que reflejaban, no fueron esas palabras donde esta persona conjugaba por un lado la esperanza y por otro exteriorizaba un  halago a lo hecho las que me traen esta reflexión. Fueron sus siguientes palabras las que me llevan a contar esta experiencia. Me dijo, " lo peor es que la gente admite como normal lo que esta sucediendo, está resignada ". Me explicó que la gente con la que se relacionaba admitía como normal, si las cosas estaban mal económicamente en el país, pagar por las medicinas. Que era normal, en esta situación de crisis, pagar por el transporte sanitario, y que como no podíamos, ya que vivíamos por encima de nuestras posibilidades, que el país tuviese una educación puntera eran lógicos los recortes, o que las pensiones se congelasen porque el país no podía mantenerlas. Y finalizó con  "y la gente se lo ha creído". Hablamos un rato sobre ello.

Con la señal del panel indicando mi turno se despidió, pidiendo perdón por si sus palabras me habían parecido mal. Algo que nunca entiendo ya que creo que debemos estar siempre receptivos a los que, con buenas formas,  interpelan o demandan que les escuches. Sus ultimas palabras, de pie y ya dentro de la despedida de rigor fueron  " tienen que moverse pues la gente está resignada y acepta todo, así vamos mal. !tienen que volver! ".




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