sábado, 7 de diciembre de 2013
MANDELA
Siempre fue una figura atractiva. La cualidad más destacable de su liderazgo en el Gobierno, en mi opinión, fue la de establecer un ritmo de reformas que permitió que en una generación se pudieran palpar los cambios. Porque era necesario para poder seguir avanzando y evitar que las diferencias económicas y sociales, que aun hoy existen y son inmensas, no paralizaran la mas importante que quería conseguir, la igualdad y el fin de la segregación.
Comunista convencido supo releer la realidad de su país y la necesidad de encontrar el apoyo y la simpatía del resto de naciones para alcanzar sus objetivos. Consiguió, con la firmeza de sus convicciones y una actitud pragmática en la acción de Gobierno, pasar en breve tiempo de estar en la lista de los terroristas más buscados a ser un líder apreciado, respetado y mimado en su país y por el resto del mundo. Hoy Sudáfrica camina, aunque sea lentamente, en la senda de la prosperidad, igualdad y paz. A él se le debe.
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