jueves, 9 de mayo de 2013

RELATO O RODILLO

En los últimos días hemos asistido a situaciones que demuestran claramente la posición y actitud del Gobierno.

Pedir a la oposición consenso y al mismo tiempo, con una posición prepotente, negarle toda posibilidad de ofrecer alternativas. Expresando, de palabra y hecho, que no hay mas alternativa que la suya y confundiendo mayoría absoluta con acierto en la gestión. Demuestra una actitud poco proactiva al acuerdo. Es mas, es lo de siempre, plantear una cosa y practicar otra.

Legislar sin tener en cuenta ni la mas mínima opinión de los representantes democráticos de los ciudadanos, actuando como una apisonadora, exhibiendo todo el rodillo de su amplia mayoría parlamentaria, al no aceptar ni una enmienda a  proyectos de ley de gran importancia como la ley que modifica las hipotecas o la de reforma del alquiler es otra de estas situaciones.

Tener mayoría, absolutisima, no es razón para despreciar ostensiblemente la posición directa de los ciudadanos que, como permite nuestro sistema constitucional, presentaron con más de un millón y medio de firmas una iniciativa popular. Ni tampoco despreciar las opiniones de la oposición.

Lo hicieron en dos tiempos. Al principio y en extremis, ante la presión social y no quedar en solitario en el Congreso, aceptaron su tramitación a regañadientes. Teóricamente era para incorporarla al debate parlamentario, permitir a los diferentes grupos presentar enmiendas, discutirlas, mejorar el texto en lo posible y conseguir la mejor ley que diese solución al grave problema de las hipotecas y desahucios. Alcanzar seguridad jurídica, económica y social a este grave problema que tenemos en España.

Pasada la inmediatez de la presión social, usaron en segundo tiempo una decisión que previamente tenían tomada, descartarla, presentando un refundido documento que no era otra cosa que la previa decisión gubernamental.

De esta forma no aceptaron ninguna de las propuestas de la iniciativa popular y luego en la tramitación no aceptaron ni una de las enmiendas de los grupos parlamentarios. Y remataron la acción parlamentaria en el Senado, llevándola por urgencia y en una sesión maratoniana que terminó pasada la una de la madrugada.

A mi entender mal ejemplo y mal uso de la mayoría, pues esta, teniendo legitimidad, no tiene el don universal  de la certeza. Y flaco favor al parlamentarismo.

Y en el recorrido de estos días emergió otra situación que agranda el grave problema de este amortizado Gobierno, por lo que dicen las encuestas. Empezaron las voces, en su propio partido, acerca de que les falta un relato para explicar lo que hacen, es decir, opinan, los propios, que no explican bien las decisiones que toman.

La experiencia de los últimos años indica que estas afirmaciones son previas y antesala, al fracaso político y al abandono electoral por muchos de sus votantes. Si se lo sumamos a las formas de gobernar, poco humildes y solidarias, las consecuencias lo agravaran. Al tiempo.






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