Ayer el Presidente del Gobierno contestó a varias preguntas en el Senado relativas a su año de gestión. El resumen fue algo parecido a hice esto pero podía haber hecho lo otro. Que lo que hace es fruto de la herencia y a no responsabilizarse, en nada, de que su oferta electoral no se reproduzca en su acción de gobierno.
En suma una acción de gobierno mandatada por la UE y una batería de leyes por vía de urgencia con un componente ideológico como nunca se ha visto desde que se restituyó la democracia en España.
Y los resultados son más paro, un mayor empobrecimiento de los ciudadanos, mas copagos, menos servicios públicos, caída de la inversión en educación y en gasto social, y una recesión intensa. De lo único que habla, como éxito, es del aumento de exportaciones obviando que la competitividad es por la devaluación interna el país y no por un incremento de la investigación y desarrollo.
Seguimos a la espera que la defensa de sus medidas sean por la vía de creer que conseguirán un futuro mejor y no por la de echarle la culpa al pasado. Los españoles desean saber si este gobierno tiene un proyecto de futuro o solo un modelo de mantenerse en el poder.
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