Podía pensarse que el Gobierno se hace trampas a si mismo jugando al solitario en estos presupuestos de 2014. Esta afirmación seria acertada ante una mirada rápida al presupuesto presentado por el Gobierno. Sin embargo una vez pasada la urgencia, para encontrar una definición adecuada a los objetivos presupuestarios, esta afirmación ¨hacerse trampas a si mismo¨ no sería la adecuada.
El gobierno no se hace trampas, nos trampea a los españoles para que se trague mejor esta medicina poco efectiva.
El Gobierno insiste en sus dos estrategias fundamentales, las mismas que sigue desde que gobierna. Mentir a los españoles con eufemismos intentando que las palabras se mantengan sobre las realidades.Así en el 2013 eran los presupuestos más sociales y todos los españoles sufrieron la intensidad de los recortes. Ahora nos dice que son los de la recuperación a pesar de mantener los recortes sociales, educativos y sanitarios, bajar las inversiones, congelar los salarios a más de tres millones de españoles, propiciar la perdida de poder adquisitivo a pensionistas...!Pocos mimbres para esa recuperación ansiada!. Los españoles sabemos cual es el significado de esos adjetivos, ni fueron sociales y poco van ayudar a salir, en igualdad, de la crisis
La otra estrategia es la consolidación de la reconversión ideológica que traen estos presupuestos.
A la letra de los textos legislativos involucionistas, le acompañan del número. Y el número es un presupuesto con salarios más bajos, devaluación de las pensiones, menos servicios públicos, menos inversión en infraestructuras y como consecuencia nula incidencia en la creación de empleo y en la recuperación de la crisis para las personas y las familias.
Unos presupuestos que siguen incidiendo en la idea, de este gobierno, de que las sociedades deben ser desiguales y su desarrollo producirse por el motor económico, desregulado, de los mercados financieros y la iniciativa privada. Justo los que fueron causantes de la actual crisis. Pero, no nos equivoquemos, es ideología pura y dura.
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