viernes, 5 de abril de 2013

Galicia y el sector industrial.

Es curiosa la posición del Gobierno Gallego ante la situación industrial de Galicia. Lo digo después de repasar las últimas referencias a los acuerdos que se toman en las reuniones semanales que tiene el ejecutivo.

Las llevo siguiendo desde hace unos meses y da la sensación que estamos ante un gobierno ausente ante la realidad gallega, únicamente preocupado en vender decisiones que nada tienen de impronta en las necesidades del día a día de los ciudadanos e inmerso en una dosis excesiva, a mi entender, de autocomplacencia.

Mientras cae de forma continuada la población activa y somos la comunidad con la demografía más preocupante, no se desarrolla ninguna ordenación del territorio coherente, no hay medidas que faciliten la conciliación familiar y las medidas de impulso activo y directo de la economía brillan por su ausencia. 

El sector naval se le da un plumazo, nunca mejor dicho, con la firma de un convenio del que nada se sabe. Parece que solo con actos propagandisticos se soluciona una grave crisis estructural y vital para nuestra economía. Y se desatienden luego del cumplimiento de lo acordado.

El sector financiero gallego se diluye como un azucarillo y ya ni se levanta la voz, por cierto que tronaba alto y fuerte cuando el Gobierno de Madrid era de otro signo político, ante las decisiones que van en sentido contrario a las que nos prometió el presidente de la Xunta de un sector financiero gallego,fuerte y autónomo; incluso dejando tirados a los inversores gallegos que acudieron ante la petición expresa de comprometerse con la banca fusionada, al no emitir ni una palabra de aliento, apoyo o protesta ante las decisiones del FROB que descapitalizó sus inversiones,

El sector pesquero sufre las consecuencias de una nefasta negociación del Ministro Cañete y observamos con preocupación como el sector productor entra en serias dificultades y no se oye palabra alguna de nuestro gobierno acerca de ello y si hay planes alternativos.

El sector lechero se mueve a impulsos, siempre gracias a los sindicatos que al moverse estimulan durante días a los responsables políticos. Estos prometen soluciones y pasados los días vuelve a caer en el olvido la necesaria y acuciante reforma y estabilidad de esta industria vital para nuestro territorio.

Las infraestructuras sufren la mayor caída de licitación de la historia con lo que el mayor motor publico para mantener una economía en crecimiento, la inversión en infraestructuras, ha pasado del "gripado" a la inmovilidad absoluta.

Ante la desidia de nuestros dirigentes, se determina el cierre de la empresa de armamento de Galicia sita en A Coruña sin utilizar los resortes que el PP tiene en estos momentos en sus manos: todas las instituciones son gobernadas por ellos.

Y ni una referencia a estos temas en las ruedas de prensa semanales del Presidente posteriores a las reuniones del ejecutivo gallego, como si Galicia viviese en la arcadia feliz. O pretenden que nos lo creamos.



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